¿Los hongos ahora comen casas?
Los científicos recurren cada vez más a los hongos, una de las biotecnologías más antiguas de la naturaleza, en la lucha contra la contaminación y el cambio climático. En ciudades como Cleveland, donde miles de casas abandonadas y plagadas de toxinas representan un desafío, están surgiendo soluciones innovadoras que involucran hongos. El arquitecto Chris Maurer aboga por el uso de hongos para transformar los residuos de demolición en sustrato, que nutre el micelio, la parte vegetativa de los hongos. El micelio consume toxinas, mientras que el sustrato restante se comprime en ladrillos duraderos para la construcción. Este programa "Biocycler" no solo aborda la crisis de vivienda sino que también contribuye a los esfuerzos de reducción de la contaminación.
Una de las numerosas casas en ruinas de Cleveland (Crédito: redhouse studio)
La capacidad de los hongos para descomponer contaminantes, como el petróleo y productos químicos nocivos como los PFAS, es el foco de la investigación en todo el mundo. Proyectos como el uso de hongos ostra por parte de CoRenewal para combatir la contaminación por petróleo demuestran el potencial de la micoremediación. Además, los avances en la investigación de hongos, como el desarrollo de una técnica para descomponer las PFAS por parte de la Universidad Texas A&M, ofrecen esperanzas de mitigar el daño ambiental. Sin embargo, los expertos advierten contra las consecuencias no deseadas de la introducción de hongos en los ecosistemas y enfatizan la necesidad de una gestión cuidadosa.
A pesar de estas preocupaciones, las soluciones basadas en hongos son prometedoras en diversas aplicaciones, desde la construcción hasta la limpieza ambiental. El trabajo de Chris Maurer en Namibia (ver más abajo), donde las casas mycoremediated abordan tanto la escasez de vivienda como el desplazamiento climático, ejemplifica este potencial. Aprovechando las capacidades naturales de los hongos, la humanidad puede encontrar formas innovadoras de abordar desafíos ambientales apremiantes, convirtiendo algo antiguo en algo revolucionario.
Una casa en Namibia que fue construida recientemente con bloques de micelio (Crédito: Christopher Maurer)
Una última palabra